24.9.16

Del hype y similares


Para muchas personas, el hype ha acabado “matando” a No Man’s Sky, y lejos de cuestionarme sobre la veracidad del asunto o de la propia opinión en sí, me ha hecho pensar en el “hype” como concepto. 

Wendy Despain en 100 Principles of Game Design, definió el hype dentro de la industria del videojuego como algo que “el jugador espera en base a información externa”, es decir, una expectativa generada al consumidor por un medio ajeno al mismo, generalmente por la prensa especializada o publicidad del juego (trailers, gameplays, etc). En esencia, visto así, esto puede parecer inofensivo: una simple forma de promocionar tu producto para que cuando se ponga a la venta, éste tenga una buena acogida. No obstante, en un sentido más estrictamente ligado al marketing nos encontramos con una definición enclaustrada en el concepto del media circus: “furor creado como promoción de marketing consistente en la necesidad de rellenar un ciclo lento de noticias”, lo cual podría resumirse, grosso modo, en “vender humo”.

Estoy muy lejos de querer entrar en acusaciones varias y/o especulaciones. En lo personal, el hype es algo que me ha afectado muy pocas veces. ¿He esperado con ilusión y nervios algún lanzamiento concreto? Desde luego, muchos. Pero no al nivel que se suele generar con este hype, teniendo como ejemplo más cercano el No Man’s Sky en este caso. Pero puedo comentar un par de ocasiones en las que sí que me he dejado llevar por algo parecido al hype.

Una fue por el Kingdom Hearts 2. Cuando yo empecé con el primer Kingdom Hearts, había llovido bastante desde su lanzamiento y punto álgido en cuanto a popularidad (la versión que tengo yo es la Platinum), pues poco después de pasármelo salió la segunda parte. Uno de mis amigos se sorprendió de que, “a esas alturas”, “aún” estuviese jugando al Kingdom Hearts, o como mínimo, que aún no me lo hubiese pasado. Con Kingdom Hearts 2 ya disponible en Japón y a pocos meses de que saliera en Europa, durante los últimos días en los que terminé el juego y me dijeron que la segunda parte estaba al caer, la emoción de nuestro grupo era palpable. A muchos no nos interesaba realmente la historia en sí, y algunos ni siquiera tenían interés en Disney o Square Enix; pero el juego era muy popular y conocido, y viviendo en un pueblo pequeño la disponibilidad de títulos era tan reducida que lo más fácil era o encargar el juego concreto que querías o viajar a Murcia capital. Intento decir que, en aquella época y por estos motivos, nadie había jugado a nada parecido a Kingdom Hearts en cuanto a jugabilidad o mecánicas, por lo que en su momento nos resultó algo totalmente nuevo, aunque Tales of llevara en el mercado muchos años.

La otra fue por el Dragon Quest VIII. Hay que tener en cuenta que Dragon Quest nunca antes había llegado a Europa a pesar del éxito que siempre ha tenido en Japón. No en balde, Final Fantasy también tardó varios años en llegarnos (hablamos del lejano 1997), pero Dragon Quest no lo hizo hasta 2006, lo cual es ridículo. Así que, ¿cómo podía generarse hype alguno de este juego, que pertenecía a una saga desconocida en Europa? Si mal no recuerdo, la prensa especializada explotó el único punto familiar del público español: Akira Toriyama. El autor de Dragon Ball era bien conocido y respetado, por lo que un juego cuyo aspecto gráfico había sido diseñado por él era un motivo importante que generó un cierto interés. Por mi parte, que nunca he sido precisamente un fan de Dragon Ball, aunque en las revistas el juego pintara bien, lo que acabó de convencerme fue una guía del juego que encontré en una papelería local. Siendo un pueblo pequeño en el que ni siquiera había una tienda de videojuegos, era muy raro ver una guía oficial de un videojuego que ni siquiera había salido aún en una papelería en la que no se vendían ni videojuegos (ni guías de nada, en cualquier caso). Sin tener ni siquiera el juego o tener claro que fuese a tenerlo cuando saliera, la compré por el mero hecho de ser la primera vez que veía un libro físico de algo relacionado con un videojuego que no fuese una revista. El nivel de detalle que tenía dicha guía, sumado a las ilustraciones, a todo lo que parecía tener el juego y demás me sorprendió de tal manera que a los pocos días, cuando salió el Dragon Quest VIII por fin, lo jugué en cuanto pude. Y aún tengo la guía bien guardada, como uno de mis pequeños tesoros.  

13.9.16

De falacias y favoritos


Volvemos a hacer un pequeño comentario acerca de si existe realmente o no un cierto elitismo en los videojuegos. Todo esto partiendo del punto de si el énfasis interno en la distinción entre casual y trve gamer (o hardcore) no fuese suficiente. Ahora bien, todo esto, en parte, no deja de ser mera especulación sobre lo que he podido observar a lo largo de todos los años que he pasado metido en este mundillo. No voy a entrar en demasiados detalles en cuanto al tema de prejuicios o movidas similares pero haberlos, haylos, y seguro que os suenan este tipo de situaciones, que suelen venir acompañadas del repartecarnés ya compulsorio:

“Hasta que no juegues a todos las entregas de esta saga no puedes considerarte un fan.” 

“Si no has jugado a x juego no puedes considerarte un gamer.”

 “Los chiquillos de ahora no juegan a los videojuegos que a mí me gustan/que yo jugaba de pequeño, no son gamers de verdad”, acompañado ocasionalmente del clásico “Juegan solo porque está de moda, son posers”.

 “¿Te gustan los videojuegos y eres una chica? – Insertad cualquier burrada aquí.”

Pero lo que quería comentar es algo más sutil. Podrías casi considerarlo como algo que roza lo pasivo-agresivo, según se interprete. Y es una pregunta en apariencia inofensiva. “¿Cuál es tu videojuego favorito?”. Así que, ¿por qué no es, tal como parece, inofensiva? Bueno, según se mire, como todo. Siendo más específicos, quizá no sea la pregunta, sino la respuesta en sí. Quizá todo influya, de hecho, y la culpa no sea sino nuestra en lugar de tenerla la propia pregunta o la otra persona en cuestión, dispuesta o no a juzgar.

Es una pregunta que no deja lugar a medias tintas o salidas de tangente: pregunta por una información muy concreta que se puede dar con una o dos palabras. “¿Cuál es tu juego favorito?” “Pues X”. Tan sencillo como eso, ¿verdad? Sí y no. Como ya he mencionado, esto no es más que una especulación en base a mi experiencia, no es un hecho constatable, pero intentemos verlo de la siguiente forma:

De forma subconsciente, el emisor está aquí creando una expectativa en su cabeza. Cuando le preguntas a alguien por su videojuego favorito (o película, o libro, etc.), tendemos a idealizar sobre cuál podría ser (e incluso si es un juego que no conocemos, podría servirnos para encontrar nuestro próximo Grial). No obstante, consideremos que esto no lo hacemos de forma subconsciente, sino que el emisor hace la pregunta con otra intención: la de juzgar y/o analizar al receptor, como si fuera una especie de examen. De ser así, la situación cambia. Me explico: estamos, en cierto modo, poniendo un listón imaginario. ¿Por qué? Siguiendo con la especulación, porque si te gustan los videojuegos, se te asignan automáticamente una serie de valores o “requisitos mínimos”, digamos; en parte lo que hemos mencionado antes de aquellas personas que no te considerarán un gamer a menos que hayas probado según qué juego. Y lo dicho, se crea una expectativa, es una prueba del algodón, pues según tu respuesta, la reacción y futuro trato de la otra persona podría incluso variar.

Ejemplo: si le preguntas por su juego favorito a dos personas distintas y una te responde con un juego que odias o que se considera muy comercial o sobrevalorado por la comunidad mientras que la otra lo hace con otro juego que te gusta mucho o es considerado un clásico por la prensa especializada, podría sembrarse un cierto prejuicio a partir de ese punto.

Lo cual me hace preguntarme: ¿por qué? ¿Es necesario que nuestro videojuego favorito sea considerado como “bueno”? ¿Es nuestro videojuego favorito aquel al que más horas hemos dedicado? ¿Estamos asumiendo que nuestro “videojuego favorito” es, además, el “mejor videojuego” al que hemos jugado? El elitismo existe precisamente al pensar que suena mucho mejor y más de “trve gamer” decir que tu videojuego favorito es el Shadow of the Colossus, el The Legend of Zelda: Majora’s Mask o el Fallout en lugar del Minecraft o el Mario Kart. No se trata de que esos juegos te puedan gustar más o menos en comparación a otros, nada de eso, sino que elijas un juego concreto por encima de todos los demás por los posibles motivos anteriormente descritos. Existe este elitismo ya que tu videojuego favorito va perdiendo unos “puntos de prestigio” imaginarios que pueden incluso variar de persona en persona.

¿Tu juego favorito es más bien actual? ¡Muy mal, todo el mundo sabe que los clásicos son muchos mejores! ¿Tu juego favorito no tiene un argumento detallado y personajes desarrollados? ¡Muy mal, todo el mundo sabe que la historia es lo más importante de un juego! ¿Tu juego favorito tiene “fallos” en sus mecánicas? ¡Muy mal, seguro que hay un remake u otro título muy parecido que los soluciona! ¿Tu juego favorito es parte de una saga? ¡Muy mal, pero si este otro juego de esta misma saga es mucho mejor! ¿Tu juego favorito está orientado a un sector demográfico más infantil? ¡Muy mal, tienes que madurar y jugar a juegos adultos de verdad! ¿Tu juego favorito es de Wii? ¡Muy mal, deja de ser tan casual!

Y así un largo etcétera.

No obstante, el receptor, puede a su vez ser consciente de todas las posibles ramificaciones que puede tener la respuesta. Normalmente incluso por nuestros propios prejuicios que nos ponemos de forma gratuita: el juego en cuestión no obtuvo buena puntuación por parte de la crítica, el juego en cuestión está orientado al sector infantil, el juego en cuestión cae más en el lado casual, etc. Pensamos que esto va en detrimento con el juego y por ende, con la imagen que le queremos dar a la otra persona porque “queremos quedar bien”. Queremos quedar como un gamer, como alguien que entiende la industria, a su comunidad y a sus productos. No hablo de intentar aparentar algo que no somos (aunque pueda darse el caso), sino de aceptar una serie de valores predefinidos de forma externa y acatarlos como norma.

Así, por lo general, no suelo ver que el receptor dé una respuesta clara. El receptor duda, piensa, titubea, parece considerar su respuesta detenidamente. Quizá esta persona no tenga un videojuego favorito, no pueda decantarse entre tres o cuatro juegos o quizá nunca antes lo haya considerado siquiera. Quizá su juego favorito vaya cambiando con el paso de los años. Pero por el bien de esta especulación, vamos a asumir que esta persona tiene un videojuego favorito específico y que este pequeño momento de duda no sea más que para considerar si decir la verdad o mentir para “quedar bien”. Y, ¿sabes?, esto iría en contra de varias máximas de la pragmática conversacional de Grice, así que ni siquiera sería una buena conversación desde el punto de vista lingüístico.

Claro está, podríamos también asumir que la pregunta no tiene ninguna intención maliciosa y que habrá ocasiones en que la otra persona te responderá casi de inmediato con varios juegos sin darle prioridad a ninguno en particular. Podemos también mencionar que, el receptor en este caso es alguien práctico y con la cabeza lo suficientemente amueblada como para que le de igual lo que cualquier otra persona piense. Posibilidades hay muchas.

Tengo la sensación de que no me he acabado de explicar demasiado bien, pero era una idea que me rondaba la cabeza y no parecía acabar de solidificarse del todo. No deja de ser mera especulación: ideas y formas de verlas. Como siempre, puede que esté buscando oro donde solo hay pirita (o donde no hay nada en un primer lugar).


Eso sí, yo no tengo un videojuego favorito.

4.9.16

En defensa de Xenoblade Chronicles X


Xenoblade Chronicles X, Monolith Soft (2015)

Aunque no sirva de mucho porque ya hemos establecido el juego en cuestión, empecemos con un simple ejercicio.

Visualicemos un videojuego basado en gran medida en la exploración de un planeta alienígena, donde tendremos que recolectar objetos e interactuar con las criaturas nativas mientras intentamos sobrevivir y mejorar nuestra nave.

Xenoblade Chronicles X guarda bastantes similitudes con No Man’s Sky en cuanto a los elementos más básicos del juego, aunque también hay diferencias para un buen rato. No voy a entrar demasiado en el tema de cómo el hype ha acabado minando mucho el producto final de los señores de Hello Games, ni voy a comentar nada en lo referente a la calidad del mismo. Miremos a los hechos: por un motivo u otro, No Man’s Sky ha acabado decepcionando a mucha gente, y la culpa de ello la tiene tanto la desarrolladora como el público y los medios. El artículo va dirigido a aquellos a los que el juego no les ha terminado de convencer, y señala una alternativa que ofrece una experiencia parecida (cogida con pinzas, eso sí) pero enfocada desde una perspectiva más tradicional y enraizada en el RPG en lugar de en art games como Journey o similares. Con esta intención; y para nada la de discutir sobre qué juego es mejor o peor, o bueno o malo; vamos a comentar algunas áreas de Xenoblade Chronicles X que pueden resultar más atractivas para dichos jugadores, los cuales os siguen buscando.     

Para empezar, Xenoblade tiene una historia y un argumento propiamente dicho, con personajes, misiones principales y secundarias. A grandes rasgos, el planeta Tierra se ve envuelto en una guerra entre dos facciones alienígenas y como resultado, la Tierra es borrada del universo, con solo unas pocas naves pudiendo escapar a tiempo. Los alienígenas intentan interceptarlos y logran que una de las naves tenga que efectuar un aterrizaje de emergencia en un planeta llamado Mira, pero trozos de la nave, incluyendo las cápsulas que contenían a los pasajeros y recursos criogenizados son esparcidos por todo el planeta. Como militar amnésico (tropo habitual), deberás recuperar las cápsulas mientras defiendes la última colonia de la humanidad de los alienígenas locales y aquellos que destruyeron la Tierra.   

En Xenoblade Chronicles X exploramos un único lugar, Mira. Puede parecer poco en comparación a los 18.446.744.073.709.551.616 planetas de No Man’s Sky y, bueno, lo es. ¿Qué tiene que decir Mira a su favor? Primero, aunque sea un planeta solo, sigue siendo muy grande y variado. Está compuesto por cinco continentes bastante diferenciados: Primordia, Noctilum, Oblivia, Sylvalum y Cauldros. Para que os hagáis una idea, yo llevo alrededor de 40 horas de juego y tan solo he explorado un 25% de Primordia (que es donde empieza el juego) y he ido un par de veces a Noctilum para alguna misión secundaria puntual. No sé si servirá para intentar comprender la inmensidad del planeta, pero es el overworld más grande y diverso que me he encontrado hasta la fecha en un RPG.

Este overworld, dejando a un lado su tamaño, está lleno de cosas por explorar, ver y hacer. En cuanto a la exploración, hay cuevas, grutas y mazmorras varias a las que poder acceder, por lo que no solo se limita al overworld per se. Uno de los objetivos es colocar balizas en puntos clave de cada continente entre las que puedes viajar de forma instantánea siempre que quieras (y además, recogerán recursos automáticamente que luego podrás invertir en mejoras, nuevas armas o armaduras). Puedes encontrarte a los personajes de otros jugadores (con el online activado) o NPCs que estarán patrullando Mira y podrán darte más misiones secundarias u objetos. Los enemigos también actuarán de varias formas ante nuestra presencia. Si bien algunos alienígenas son pacíficos y no nos atacarán hasta que se vean en peligro, otros nos atacaran al vernos u oírnos, mientras que otros estarán camuflados o escondidos para intentar pillarnos desprevenidos. Lo que nos lleva al último punto, el combate.

Aunque existen “enemigos” en el sentido tradicional de la palabra en No Man’s Sky, el sistema de combate es más bien rudimentario (y es de estilo FPS). Lo cual es evidentemente normal, al no tratarse de unos de los puntos principales del título. En Xenoblade, al ser un RPG, el sistema de combate está más desarrollado y mejor implementado, siendo una mecánica principal, propiamente dicha. No es un sistema por turnos clásico como en otros RPG, al contrario, bebe mucho de MMORPGs como World Of Warcraft, en el sentido de que el personaje realizará de forma automática ataques con el arma que tengan equipada (según las estadísticas del personaje y del arma) mientras que nosotros nos moveremos en tiempo real y elegiremos cuándo utilizar las habilidades, todas con su cooldown. Además de moverte para atacar al enemigo por según qué ángulo (lo cual influye en algunas habilidades y en la posibilidad de romperle partes concretas al enemigo para conseguir drops especiales), podrás cambiar entre un arma cuerpo a cuerpo y una a distancia, utilizar objetos y apoyar a tus compañeros utilizando habilidades concretas cuando lo pidan (o pulsando un botón a tiempo cuando sean ellos quienes las usen), lo cual lo hace dinámico y más interactivo que otros sistemas más estáticos.

Todo esto, sumado a una completa customización de tu personaje en cuanto a aspecto, vestuario, clase, armas y habilidades (además de, hasta cierto punto, los de otros personajes de la historia), a una banda sonora igual de diversa que los escenarios que recorres dentro del juego y a la posibilidad de adquirir y pilotar tu propio mecha, hace que Xenoblade Chronicles X pueda parecerte una opción más atractiva que No Man’s Sky si quieres viajar y explorar planetas alienígenas. Como ya he dicho, todo es cuestión de perspectiva y de gustos personales, pero la popularidad de Xenoblade ha estado muy contenida y limitada por su soporte al estar solo disponible para Wii U (lo cual es una pena), y como es de esperar, ha sido eclipsado por otros títulos más conocidos (o con mejor marketing), lo que ha resultado en el público perdiéndose uno de los videojuegos más completos de lo que llevamos de década.
Con la tecnología de Blogger.