Cook, Serve, Delicious!,
Vertigo Gaming Inc. (2013)
La elección de este
juego se debe a dos motivos. Por un lado, este año tendremos una nueva entrega
de esta pequeña maravilla; y por otro, sigue un poco la línea de lo que hemos
discutido en entradas anteriores: temas como dónde está la frontera entre lo casual y
lo hardcore o la existencia de un
metajuego inherente al videojuego en sí.
Cook,
Serve, Delicious! se suele autodefinir y marquetizar como
“Intense hardcore restaurant simulation”.
Es básicamente eso: dirigir un restaurante, darle de comer a la peña y ganar
cuanta más pasta mejor. Mi experiencia con simuladores es poco más que la justa
como para poder comentar el tema: he jugado a Los Sims en PC, Theme Park
en PlayStation, algún Harvest Moon, Rune Factory y Stardew Valley, por lo que no me voy a meter demasiado a analizar
el juego en sí en relación a cómo se desenvuelve en este género.
El juego tiene dos
partes bien diferenciadas, las cuales voy a enlazar con los dos temas a tratar.
La primera parte es,
digamos, el micromanagement en sí,
que es algo más casual. Este aspecto
de los juegos parece caer siempre en un grupo concreto, o bien es considerado
como algo presente en juegos casual, como
en Los Sims u otros simuladores, o
bien está integrado en juegos RTS como StarCraft,
considerado el otro lado del espectro. En CSD!
este aspecto tiene un rol más bien secundario, aunque influye directamente en
la segunda parte del juego. Aquí, en esencia, compraremos platos nuevos y/o
útiles de cocina, leeremos los e-mails que nos llegan y prepararemos el menú
para el día siguiente. Comprar platos y herramientas es algo que se explica por
sí solo. Leer los e-mails nunca está de más porque te avisan del tiempo que va
a hacer (si llueve hay algunos platos que tienen más éxito) y de si tienes
alguna apuesta, inspección sanitaria u otro evento específico (como que un
famoso reserve mesa). Preparar el menú es exactamente eso, seleccionar los
platos que vas a incorporar al día siguiente, que es donde la parte del micromanagement tiene más presencia:
cada plato tiene su preparación, sus pros y sus contras. A la hora de crear un
buen menú tienes que tener en cuenta bastantes cosas: algunos platos como el
pescado huelen mucho y atraen a las ratas, no puedes poner demasiadas grasas en
el menú, habrá platos que generen más basura, etc. Todo esto resulta luego en
un parámetro llamado buzz, que es una
aproximación de los clientes que vas a tener; a un mayor buzz, más clientes.
La segunda parte, que
viene a ser el día a día en el restaurante, es donde el juego puede volverse
algo más hardcore. Tendremos que
preparar personalmente todas las comidas del menú y realizar las diversas
tareas de mantenimiento que surjan en el restaurante (fregar platos, tirar
basura, etc.), todo ello a una velocidad considerable ya que los clientes
suelen tener poca paciencia. Cada plato tiene una preparación concreta, es
decir, cada plato es una especie de minijuego distinto. Dentro de cada plato,
cada cliente querrá una preparación específica (sin queso, con salsa, etc), por
lo que del mismo plato pueden derivarse tres, cinco o diez preparaciones
distintas. Como es normal, el cliente querrá los platos sin ningún ingrediente
de más o cocinado en su punto, por lo que si te equivocas en algo, además de
que te cortará la racha de bonificación, podrá repercutir de forma negativa ese
día o en el buzz del siguiente.
Mientras preparas los platos, tendrás que apañártelas para realizar las tareas
del restaurante: fregar, limpiar el baño y varias cositas más que añadirán
estrés y velocidad a la partida. En menor medida, hay otros eventos que pueden
ocurrir mientras tanto, como que entre un ladrón, que venga un famoso o que
tengas que darle Me Gusta a las fotos que suben tus clientes en las redes
sociales. En resumen, hay muchas cosas que hacer y poco tiempo para hacerlas,
por lo que el gameplay en general suele ser muy rápido y no te dará ningún
respiro. Resta añadir, como colofón, que hay “horas punta” en las que el
tráfico de clientes es mayor y el tiempo para servirlos es menor.
Lo que a primera vista
parece un juego más orientado al público casual
en realidad es un juego que exige concentración, precisión y velocidad por
parte del jugador. Tiene una curva de aprendizaje considerable y te pide práctica
a la hora de hacer los platos y combinarlos entre sí en el menú, porque una vez
hayas aprendido a hacer un plato tienes que tener en cuenta que hay otros en el
menú y que no te los van a pedir de uno en uno. Aquí es donde entra el concepto
del metajuego. Es decir, tú tienes la opción de crear las partidas a tu gusto
casi por completo. Eres tú el encargado de decidir qué platos poner en el menú
y cuáles no. Estos platos se pueden mejorar, por lo que podrás cobrar más
dinero por ellos, pero la ejecución será más difícil y la variedad de
ingredientes será mayor, por lo que los clientes serán más específicos a la
hora de pedirlos. Esta especie de personalización queda en tus manos, ya que el
fin es acabar los días y conseguir dinero, pero el juego no te dice en ningún
momento que no puedas usar los mismos platos todos los días (claro que, como es
natural, la comida caduca y servir comida caducada está feo). Hay otras
posibilidades y útiles para hacerte la vida más fácil o más difícil: puedes
comprar cestitas de pan para que los clientes tengan más paciencia, puedes invertir
en un lavavajillas para que tengas que fregar menos platos o también puedes,
por el otro lado, hacer apuestas que te pedirán unos platos concretos y otras
estipulaciones varias.
Todo podría resumirse
en un conjunto de minijuegos dentro de un juego que está regulado por otro
juego que, hasta cierto punto, puedes modificar a tu gusto. Esto, recordamos, a
una velocidad y dificultad que si bien al principio no parece excesivamente
preocupante, no dejará de crecer durante toda la partida. Visualmente es
sencillo, pero agradable y detallado. El gameplay
tiene elementos casual y hardcore por igual, y además del modo
historia (por llamarlo de alguna forma) hay retos adicionales, desafíos
semanales y algún que otro unlockable.
Un indie muy cuidado y una locura controlada que, dicen, palidecerá en
comparación al futuro Cook, Serve,
Delicious! 2!! y de ser así, mejor ir preparados.
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