El periodismo dentro
del mundo de los videojuegos es un terreno hostil y fangoso, que aunque no
siempre, en muchísimas ocasiones falla por completo al transmitir la intención del
producto en sí. Por un lado, un videojuego no deja de ser algo que funciona de
forma similar a la música o al cine. Existe una base teórica previamente fijada
en lo que se espera del producto y en relación a esto, puede hasta cierto punto
ser criticado positiva o negativamente. Por otro, no hay realmente un modelo preestablecido
sobre lo que está bien o está mal dentro de un juego. No hay un límite estricto
en el que podamos decir “esto es o no es un videojuego”, prueba de ello son los
debates sobre videojuegos como Firewatch
o The Stanley Parable que podrían ser calificados también de 'experiencias narrativas interactivas'. Mucho menos,
dicho modelo está limitado a un título en concreto (o varios de ellos). Esto
quiere decir, que una vez más, la contextualización del producto es en parte
necesaria para poder juzgarlo. Por ejemplo, si Super Mario Bros. sigue siendo los cimientos para muchos juegos de
plataformas, parte de los motivos de esto son la época en la que salió al
mercado y la relación (o no) que tenía con la competencia, qué hizo el juego y qué no, además
de cómo el juego entendió el concepto del plataformeo.
En esencia, comparar juegos que pertenecen a géneros distintos no ayuda ni
facilita una crítica constructiva o reseña sobre el producto sino que lo
dificulta. Incluso dentro de un propio género, existen multitud de subgéneros,
como ocurre con el RPG: RPG por turnos, RPG táctico, Action-RPG, etc.
Esto nos lleva al
siguiente punto: el marketing del
videojuego. No soy un experto en el tema ni de lejos, pero últimamente hay un
cierto patrón sobre el que me gustaría comentar: las comparaciones. Comparar un
juego con otro parece una forma sencilla y rápida de intentar acercar el
producto a otro sector demográfico, o al menos en teoría. Pero, ¡ya hemos
establecido antes que esto dificulta una crítica objetiva, incluso si pertenecen a un género similar! Técnicamente, ya que
te estás apoyando más en otros títulos previos que en el título que estás
analizando en sí. ¿Tiene sentido? Lo tiene en cuanto al marketing, precisamente por eso, porque estás utilizando otro juego
distinto para vender el juego en cuestión. Es decir, ¿cuántos videojuegos han
sido definidos como “clones de Zelda”? ¿O como un "Metroidvania"? Si comparas tu juego con Legend of Zelda, en este caso, puedes
conseguir interesar a todo aquel que haya jugado a este juego y le haya gustado;
lo cual es muy probable.
Como es de esperar, los
videojuegos no son productos aislados los unos de los otros. Existe una cierta
intertextualidad entre ellos; influencias, inspiraciones, conceptos, etc. Lo
cual tiene sentido también, ¿no? Por tanto, es normal que se comparen juegos
entre sí, ¿no? No es del todo difícil analizar un videojuego y darte cuenta de
qué otros juegos han jugado un papel importante en el desarrollo del mismo. Lo
que es realmente difícil es fracasar tan estrepitosamente al hacer
comparaciones como lo están haciendo ciertas páginas que se dedican al
periodismo de videojuegos. Y ahí es donde se ve qué tipo de marketing quieren darle al juego.
Todo esto se remonta al
lanzamiento del Fire Emblem Fates,
cuya campaña de marketing principal vendía el juego con la premisa, resumida,
de que “si te gustaba Pokémon también
te iba a gustar Fire Emblem, porque
eran similares”. Fire Emblem es una
campaña bélica dividida por capítulos cuyas batallas se resuelven con unas
mecánicas características de los RPG tácticos. Pokémon se basa en la exploración y la interacción del jugador con
un mundo habitado por criaturas que puedes capturar y entrenar para que luchen
a tu lado en un sistema de combate muy complejo por turnos. Con esto quiero
decir, es perfectamente posible que si te gusta Pokémon te guste Fire Emblem
pero no porque los juegos se parezcan entre sí o no (cosa que no hacen, pero
ese no es el objetivo del artículo) sino de las características individuales de
cada juego que hacen que sea un buen producto. Pero también es perfectamente
posible que si una persona, fan de Pokémon,
lee este marketing y compra el Fire Emblem porque le han asegurado que
la experiencia es parecida a la de Pokémon,
pueda sentirse engañada al descubrir que no lo es, independientemente de si le
gusta o no, ¿no crees?
Avancemos un poco más,
al futuro lanzamiento de la próxima entrega de Monster Hunter. El titular de una página web de videojuegos es el siguiente: “Es como Dark
Souls pero con Pokémon”. Una vez
más, el objetivo no es el de señalar la extensa lista de problemas que tengo
con esta frase en sí, mucho menos con dicho artículo al completo. Cualquiera
que haya jugado a Dark Souls, Pokémon o Monster Hunter te diría lo mismo.
Si estás promocionando
un juego nuevo en el mercado, puedes permitirte las comparaciones, siempre que
tengan sentido. Como he dicho, no voy a señalar por qué las comparaciones con
los juegos que han mencionado no tienen sentido alguno, sino por qué estas
comparaciones no tienen sentido en sí. Estamos hablando de Fire Emblem y Monster Hunter,
sagas que llevan en el mercado desde 1990 y 2004 respectivamente. A Fire Emblem lo comparan con Pokémon y Monster Hunter con Dark Souls,
¡títulos posteriores a los juegos a los que supuestamente se parecen! No
es que Monster Hunter se parezca a Dark Souls, más bien sería Dark Souls el que se pareciera a Monster Hunter, en el caso de que se
parecieran en un primer momento.
Y lo que es más, dado
que estas sagas llevan tantos años en el mercado (más incluso que los juegos
con los que son comparados), ¿es necesario recordar a qué juegos se parecen? Estamos
de acuerdo en que ni Monster Hunter
ni Fire Emblem han tenido el éxito comercial
que han tenido Pokémon y Dark Souls en occidente (en Japón ambas
sagas son superventas), pero para nada son títulos desconocidos para el público
precisamente. Si estuvieras promocionando un juego indie o un título nuevo de una franquicia nueva, establecer una
comparativa con otros juegos puede funcionar siempre que se escriba con cierta
base y pudiendo demostrar lo que estás diciendo. Puedes promocionar Enter the Gungeon, por ejemplo,
comparando ciertas mecánicas del juego con The
Binding of Isaac o Nuclear Throne,
títulos anteriores y más conocidos. Esta comparativa tiene
sentido, ya que estás promocionando algo nuevo para el público y que,
efectivamente, además de pertenecer al mismo subgénero que los otros juegos,
existe una cierta inspiración por parte de los desarrolladores.
Las comparaciones pueden ayudar a dar a conocer el producto, siempre que puedas apoyar
estas comparaciones y se especifique en qué aspectos se parecen dichos juegos.
A la hora de analizar el videojuego, no obstante, necesitas mucho más que
simplemente decir “Si te gusta Dragon
Quest, igual te puede gustar Final
Fantasy”.
A mi no me pareció nada acertada la comparación entre Fire Emblem y Pokémon, porque realmente en el género no tiene nada que ver. Puedo entender que me compares Yokai Watch (e incluso Ni No Kuni) y Pokémon por basarse en explorar un mundo acompañado de criaturas y combatir contra ellas, siendo RPG's por turnos, pero de un RPG normal a un TRPG, creo que hay un camino un poco largo.
ResponderEliminarPuede que a la gente le guste igualmente Fire Emblem, pero se darán cuenta que no tiene nada que ver con Pokémon.
En efecto. Quiero decir, cuando empecé a ver todo el rollo este de la campaña Pokémon=Fire Emblem tuve que preguntar a conocidos si iba en serio o si era algún tipo de coña interna o qué se yo.
EliminarNi no Kuni, ya que estoy, personalmente es uno de los mejores RPG que hay actualmente para PS3 y a mí me recuerda más a juegos como Dragon Quest VIII o Final Fantasy XII en cuanto a la exploración y el sistema de combate, aunque es muy probable que la idea venga de Pokémon o Jade Cocoon o cosas así. Muy fan de Ni no Kuni, en resumen.